Es posible que necesite contratar los servicios de un notario público para vender o comprar una propiedad en el extranjero, abrir una cuenta bancaria extranjera, conceder un poder o una copia certificada de un documento (como un certificado de examen), abrir una filial de su empresa o de su negocio en el extranjero, obtener la certificación de una traducción de un documento, por ejemplo si se casara en el extranjero, entre otras cosas.
La necesidad de un notario público está dictada por los requisitos del país en el que se presentará el documento. Por ejemplo, si no vive en Italia, pero desea comprar una propiedad allí, generalmente será necesario que confiera a su abogado en Italia el poder para que este realice en su nombre todas las gestiones sobre la adquisición y el registro de esa propiedad.
La transferencia de este poder será firmada por usted, el comprador, ante un notario. No podrá firmarse ante ninguna otra persona. El notario público confirmará su nombre y su identidad, garantizará que comprende el documento y lo firmará y lo sellará con su sello oficial.
A menudo, se necesita una apostilla para comprobar la legalidad de la firma y el sello del notario. A continuación, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Commonwealth (Comunidad de las Naciones) del Reino Unido, o simplemente MNE, deberá, por lo general, legalizar nuevamente el documento para confirmar la validez de la firma y del sello del notario. Esta nueva confirmación será realizada, ya sea mediante legalización o autenticación, anexando el certificado oficial del MNE, conocido como apostilla, en el reverso del documento. Gracias a la Convención de La Haya, esta apostilla es reconocida internacionalmente.